Todas las historias que merecen la pena ser contadas empezaron con una página en blanco.

Así empezó Angelita, y así empezamos nosotras a trabajar con ellos, con la ilusión que provocan los nuevos proyectos y la incertidumbre de si sabrás dar con la palabra correcta, la que dará inicio a una aventura inolvidable.

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Conocer al equipo de Angelita fue esa primera palabra que necesitábamos para comenzar, sus ganas de innovar y que creyesen tanto en lo que estaban haciendo nos hizo enamorarnos de su trabajo, nos contagió su energía y su pasión por el trabajo bien hecho. Y es que dicen que alguien puede conquistarte por el estómago, y ellos nos lo han demostrado. La calidad del producto es algo esencial en Angelita, pero también lo son la tradición y el amor por la materia prima, el sabor, y el respeto por la naturaleza.

Al entrar sabes que no solo vas a comer bien, sino que vas a vivir una experiencia.

Por eso nuestra intención siempre es la de transmitir a sus seguidores la misma sensación que vivirán en el local cuando vayan a probar uno de sus ricos platos o a tomar uno de sus originales cócteles, pero a través de la imagen. A través del storytelling al que ellos dan tanta importancia con cada nueva creación, porque cada cosa que se sirve tiene un sentido y un porqué. Nada está puesto por casualidad.

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Uno de los ejemplos más claros sería el de su rico Bloody Mary al que ellos han llamado Bloody Sanluqueño (con manzanilla de Sanlúcar), que se sirve en una lata de sopa de tomate Campbell’s, como homenaje a Andy Warhol. Transmitir esa esencia pop era importante para nosotras, y éste fue el resultado.

Sabemos que en Angelita no se conforman con hacer buena cocina, quieren provocar una emoción en sus clientes y eso es lo que nos apasiona a nosotras y nos hace amar nuestro trabajo, el poder mostrar de una manera más visual lo que la pantalla del ordenador no te deja saborear.

 

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